El escándalo sacude a la Selección Femenina de Canadá

La participación de Canadá en los Juegos Olímpicos de París se vio ensombrecida por un escándalo de proporciones mayúsculas. Bev Priestman, la entrenadora que llevó al equipo a la cima del podio en Tokio 2020, abandonó su cargo tras revelarse el uso de un dron para espiar al equipo de Nueva Zelanda.

La noticia sacudió los cimientos de la delegación canadiense y generó interrogantes sobre la ética deportiva y la integridad de un equipo que hasta hace poco lo consideraban un modelo a seguir. El director ejecutivo y secretario general de la federación canadiense Kevin Blue aseguró que las jugadoras no están involucradas en el asunto. No obstante, reconoció que está investigándose una posible “falla ética sistemática”.

Priestman, aunque negó cualquier participación directa, prefirió apartarse del banquillo tras el primer partido. Declaró que siente que este programa ha decepcionado al país. De esta manera, aseveró que dio el paso proactivo de hacer lo que considera correcto (abandonar su cargo), ya que es ella la que debe rendir cuentas al final.

Más allá de la polémica que involucra a Priestman, Blue reveló que un incidente similar ocurrió con la selección masculina en la Copa América. Aclaró que entiende que no tuvo incidencia en la integridad de un partido, pero no podía brindar más detalles. Añadió que el técnico del combinado masculino Jesse Marsch desconoció los hechos hasta que se hicieron públicos.

A través de un comunicado, el Comité Olímpico Canadiense (COC) informó que el entrenador asistente Andy Spence dirigirá a las campeonas olímpicas vigentes durante lo que falta del certamen. Con relación a los encargados de grabar el entrenamiento de Nueva Zelanda la asistente Jasmine Mander y el analista Joseph Lombardi, el organismo expresó que fueron “enviados a casa de inmediato”.

Este escándalo no solo pone en entredicho la imagen de la selección canadiense. También plantea interrogantes sobre los límites éticos en el deporte de alto rendimiento. Mientras tanto, la selección canadiense, con un nuevo entrenador al mando, deberá intentar superar esta crisis y enfocarse en los objetivos deportivos que se había trazado.

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Tras la decisión del COC, la FIFA también se pronunció al respecto y le impuso otra sanción a la plantilla roja. En esta oportunidad, el ente rector del fútbol mundial le descontó seis puntos a las canadienses. Además, vetó a tres entrenadores, incluida la campeona olímpica Bev Priestman, y le puso una multa a la Federación de 200 mil francos suizos.

De acuerdo a Los Angeles Times, la deducción de puntos, de ser ratificada por el tribunal, no elimina a Canadá del certamen. Sin embargo, la misma podría significar que el equipo se vea obligado a ganar sus dos partidos restantes del Grupo A. Esto con la esperanza de alcanzar el segundo puesto y avanzar de ronda con tres unidades, si vence a todos sus rivales.

La selección femenina de Canadá se medirá este domingo, 28 de julio, a la anfitriona del torneo Francia en el estadio Geoffroy-Guichard. Después de visitar a las dirigidas por Hervé Renard, quienes son líderes de grupo, el conjunto de las hojas de maple viajará a Niza. Allí disputará su último partido por la fase de grupos. Su rival será el plantel de Colombia, reubicado en el segundo puesto tras la sanción de menos 6 puntos.

En caso de ganar ambos compromisos y clasificarse a los cuartos de final, las rojas recibirán al segundo mejor equipo del Grupo B, conformado por Alemania, Estados Unidos, Australia y Zambia. El partido se celebrará el sábado, 3 de agosto, en el estadio Orange Vélodrome de Marsella.