TrashTalk tiene por costumbre revivir cada verano los mejores momentos de la temporada pasada con emoción. Incluso en 2021, a pesar de un verano que había puesto a todas nuestras fuerzas en estado de colapso, pero esa es otra historia. Así que volvamos a nuestra buena fórmula, demos unos pasos atrás, unos meses atrás, y recordemos que esta temporada 2021-22 ha sido una locura, desde el primer día hasta el último. ¿Hoy? Un repaso a una actuación absolutamente dantesca de Karl-Anthony Towns en el parqué de los Spurs.
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¿Recuerdas el mes de marzo de 2022, cuando las explosiones ofensivas se sucedían a un ritmo récord noche tras noche? Si tienes un pequeño lapsus de memoria, estamos aquí para llenarlo con este flashback casero de una de esas actuaciones de Triple XL. Se dirige a San Antonio para un partido entre los Minnesota Wolves y la banda de Gregg Popovich, recién coronado con el título no oficial de entrenador más ganador de la historia. ¿En el papel del tipo completamente imparable? Karl-Anthony Towns, también conocido como Charles-Antoine Villes para los que vivimos en el lado equivocado del Atlántico, que eligió a los tejanos para hacer la mayor racha de su carrera.
60 puntos, 17 rebotes, 19/31 en tiros, 7/11 en triples, 15/16 en tiros libres, todo ello en 36 minutos.
No, no estás soñando, esta es la línea de estadísticas de KAT el 14 de marzo de 2022. Una línea de estadísticas que simboliza perfectamente el estado de gracia en el que se encontraba la estrella de los Wolves esa noche. Todo comienza con una canasta dura con el tablero contra el pívot de los Spurs Jakob Poeltl, y luego con una toma en penetración contra el mismo Jakob que aún no es consciente del calvario que va a vivir. No obstante, el tono está marcado y las ciudades seguirán calentándose. Y-uno, tiros desde el parking, mates, KAT se divierte en el primer cuarto pero es realmente en el tercero cuando entrará en una nueva dimensión. Tras anotar 24 puntos en el descanso, Charles-Antoine pasó a anotar 32 en los 12 minutos del tercero, asqueando a los Spurs del baloncesto. 9/13 en tiros, 5/6 desde el parque, 9/9 desde la línea de tiros libres, nada ni nadie puede detenerlo, tocarlo, alcanzarlo. Es como si KAT se hubiera convertido de repente en un inmortal entre los humanos. El pobre Zach Collins recibe la mayor lección de su vida, ya que ve a su rival directo encadenando rachas desde lejos, incluso soltando pasos a lo James Harden. Ah, sí, para que conste, estamos hablando de un tipo de 1,90 metros y 112 kilos, es decir, el tipo de persona que rara vez se ve haciendo este tipo de marrullerías desde el banquillo. Pero si KAT se considera a sí mismo como el mejor tirador interior de todos los tiempos, no es por casualidad y por una noche, sus argumentos son irrefutables. La prueba definitiva de que todo le sale bien en este partido, Towns llega a los 60 en un nuevo misil lanzado a un buen metro detrás de la línea de 3 puntos, al estilo Steph Curry. Un beso en los dedos, esto sí que es una clase magistral.
60 puntos, un nuevo récord de temporada en la NBA, un nuevo récord de carrera para Charles-Antoine, y un nuevo récord de la franquicia al superar los 56 puntos anotados por -adivina quién- Karl-Anthony Towns cuatro años antes. Sus 32 puntos anotados sólo en el tercer cuarto es también una de las mejores actuaciones de todos los tiempos ya que sólo cuatro jugadores lo han hecho mejor en la historia (Klay Thompson tiene el récord con 37, seguido de Kevin Love, George Gervin y Carmelo Anthony). Y si se añaden sus 17 rebotes, está a la altura de Shaquille O’Neal, que en el año 2000 logró 61 puntos – 23 rebotes. En definitiva, fue una noche perfecta, sobre todo porque los Wolves se impusieron por 149-139 a los Spurs, sumando así su octava victoria en nueve partidos para afianzar su futura séptima plaza en el Oeste, sinónimo de torneo de play-in (y luego de regreso a los Playoffs para los Wolves).
«Le dije al entrenador antes del partido: ‘Mira, necesitamos esta victoria. Voy a hacer lo que sea necesario. Si tengo que jugar 44 o 48 minutos, lo haré. Esa era mi mentalidad, tenía que dominar. Tenía que dar lo mejor de mí».
– Karl-Anthony Towns tras su tarjeta
KAT sólo necesitó 36 minutos para alcanzar los 60 puntos y 17 rebotes, y uno sólo puede preguntarse hasta dónde podría haber llegado si hubiera tenido un poco más de tiempo de juego. Pero al final no importa, porque la actuación es lo suficientemente monstruosa como para quedar grabada en la memoria de los aficionados de los Wolves.